ZANJONES DEL EXTRARRADIO CUÁNDO OS VOLVERÉ A VER
O
LAS DIEZ DE ÚLTIMAS
O MÁS BIEN
CREDENCIALES DE EXTRAVÍO
He perdido no sé qué cosa –Godoy-, la vergüenza no debe ser porque nunca la tuve reconocida, ya t`´u sabes, la vergüenza es uno de esos escasos compañeros de viaje que no se dejan empadronar, y sin cédula expedida por el munícipe de turno no hay tutía –Godoy-, aquí el que no reza en los listados va apañado , jodida manía esta –no, Godoy- de empezar por cualquier parte menos por el principio…
Uno ha de ser a-fin-de-cuentas medularmente fiel a sus arrechuchos prefetales, porque no te quepa la menor duda , los arrechuchos no son cosa de viejos sino de nonatos integrales, valedecir , de esa clase de nonatos que aún no nacieron , no se me den por aludidos esa caterva de santos inocentes los cuales vienen a este mundo por inseminación artificial o vía cesárea-y-tente-tieso … Por eso –Godoy -, por simple lealtad a mis alifafes más o menos congénitos esque comencipio por decirte que he perdido no sé qué cosa som especificar cuál y en el fondo sin malditas las ganas ni la necesidad de hacerlo…
La vida no se rige –no sé si por suerte o por infortunio- conforme a la reglamentación e vigente en cada momento para el funcionamiento de las oficinas de objetos perdidos -que bien-mirado apenas son otra cosa que esso lugares tenebrosos adonde uno debiera o debiese encaminar sus vacilantes pasos cuando desea encontrar cualquier objeto excepto el extraviado , un-suponer, venga usted a por su cartera que ya apareció su corbata corbatita corbateta, castos oídos abstenerse , no te meas del susto –Godoy?--…
Pues eso , la vida a veces escomencipia –vayamos engordando la palabrota ahora q que está al caer la Pascua Florida que no es época de turrón ni de pestiños ni de anisete sino de todo lo contrario pero bueno , el que venga atrás que arree – a veces retroinfraescomencipia la vida –Godoy carísimo- por el punto y final para venir desembocando justito en la portada, ay –Godoy-, y lo ridículamente imprecisas que son las ciencias que por más exactas se tienen…
He perdido no sé qué cosa –Godoy-, adivina adivinanza, qué tiene el hipopótamo en la panza, y lo malo es que no me lo he dejado –el objeto de mi procura, ´-godoy, no el mondongo del hipopótamo qe ése es otro asunto presuntamente más abultado por cierto – lo malo es que no me la he dejado –insisto-en la consulta de ningún odontólogo amater ni entre las prestidigitadoras manos del Sastrecillo Valiente que poseía entre muchas otras la virtud de escachar las piedras como quien lava para terror de los más forzudos gigantes –no eran piedras , claro , sino queso de ´Cabrales lo cual viene a demostrar que la fe mueve montañas , ejem ejem -, no, yo sé que era una cosa pero lo que no recuerdo es qué cosa era , delices de la ingrata memoria oria oria, ahórrame detalles, podría zamparte que era azul con manchas verdáceas en la cola y que responde al nombre de Marilín, podría espetarte eso y mucho más pero te mentiría como un bellaco , te das cuenta –Godoy-¿, chiquito dilema el de quien busca unos ojazos negros y todavía no se percató de que los lleva de sombrero, ríete tú de los peces de colores…
Recapitulemos… He perdido una cosa , no sé de qué cosa se trate , vaya papeletón –eh,Godoy-¿, y lo malo es eso , que no me cumple decir perdidos al río y aquí paz y después gloria, lo malo es que esa cosa tengo que encontrarla –carajo-, ah calla, empiezo a caer, sujétame por tu santa madre, aperrúñame con tus zapras distintas y distantes o el boquete que voy a abrir vía zarpajazo en el alcantarillado va a llegar a las antípodas …
Lo que extravié no puede ser un paquete de palomitas cordobesas porque semejante manjar me está contraindicado por ese matasanos que de puritito cumplido me pregunta cómo marchan mis triglicéridos cada vez que se me hace el enconrtradizo en la puta calle –dóndde si no -, y también queda descartado el Toyota porque no bebo no conduzco -según preceptúa la Santa MadreIglesia-, ni una botellka de huisqui peleón ver más arriba, ni un matasuegras porque si mis oídos pecadores no me engañaron la mía –mi suegrecita del alma- acaba de echarme el enésimo rapapolvos telefónico -los polvos sin rapa procuro echarlos yo por la cuenta que me trae-, ni una gabardina porque no hace maldito el frío, ni un suflé de la cassa porque me desahuciaron ayer las lenguas de doble filo , ni un paraguas porque eso gracias al cambio climático no sirve para nada –salvo si es paraguayo que entonces sirve para lo que por sabido se omite-, ni un imperdible porque eso jamás de los jamases puede perderse según infita a pensar su casto nombre …
Ves –godoy -¿, cartesiano que era uno y ahora nos vfenimos desayunando –para mí los huevos fritos con bacón, para ti el zumo de naranja que según mi mentado galeno es mano de santo contra los excesivos excesos de colesterorl colesterolizado -, entonces ea, estamos descartando posibilidades y al final ya aparecerá alguna de imposible descarte, pero bueno , ya no me sujetes –coño-, ya caí!, resulta que era una frase, lo que yo ando buscadno es una jeringada frase , algo así como buenos días tenga usted don terenciano , qué tal las varices de su beatífica esposa, cómo evolucionan los procesos catarrales de sus tataranietos, algo así –Godoy-, joder, comer no comeremos pero joder , lo que se dice joder, joder qué hambre pasamos ¡, una frase donde hay trillones de decallones de centillones y lo que te rondaré morena, pero qué más da, quién dijo miedo al miedo , teniendo por averiguado que es una frase lo que bvusco no me voy a ir así de vacío dejando el cotarro para que a través de él retoce el espectral caballo de Atila el cual zascandil no era otro que un huno y no precisamente a la izquierda , ejem ejem …
Yo no me voy sin mi frase aunque llegue la hora del cierre y me sorprenda el acomodador con las manos en la masa, aunque me tomen por lun´lunático todos y cada uno de los vigilantes nocturnos del barrio y sus aledaños , una frase es una frase y a mí se me cayó de la lengua donde cualquier gil harto de habas puede estáremela pisando en este mismo momento y hasta birlarme los derechos de autor que eso es ya lo ultimísimo que a uno le pueden birlar, hazte cargo –Godoy -, aviva el seso y despierta –cuadrúpedo en bluyines –vaqueros para los amigos pero en algo se tiene que notar que uno es licenciado en Chapucerología por Járvar--, a mí se me ha infiltrado entre las dos cejas –la izquierda y la derecha , especifiquemos , no las llevo derrepuesto – la apremiante necesidad de dar con mi frase, porque quede claro, se trata de una necesidad muy necesaria, de una prioridad apriorísticamente prioritaria que diría el padre prior -, sí sí –Godoy-, fuera cachondeo, necesito una frase –ahora que lo sé no es cosa de andarse con chiquitas- con la misma imperiosidad con que precisan baños de calcio los huesos de un chiquilicuatro inapetente, tú me puedes ofrecer el oro y el moro pero lo que mis vísceras reclaman es una triste frase –Godoy-, una fgrase con la que uno se tropiece así por casualidad, con la misma impredmeditación con que nos daríamos de debruces con el jefe en el ascensor, pues eso , una frase , no vayas a creer ni por asomo que lo tengo fácil, frases hay muchas pero la mía puede hallarse delante de mis narices o andar de excursión por vete tú a saber qué altiplanicies intergalácticas, por eso todas las precauciones son pocas, has de andar muy ojoavizor para no confundirla con otra que te dé las buenas noches justo a la puerta del meadero para hombres , las fgrases son susceptibles de encandilar el intelecto con sus abigarrados disfraces, ésa de ahí suena que es un primor, la de más allá dice verdades como puños , la de acullá se te mete por el ventrículo izquierdo y traspasa el endocardio que ríete tú del gol de Zarra , nanay , ninguna es la tuya y tú lo sabes pero al mismo tiempo te embarga el miedo de que la tuya desfile a tu lado y se te volatilice como estrella fugaz, tú te dices ostinadamente que no , que eso por ningún concepto puede ser, que a la tuya y muy tuya la reconocerías entre millones pero pero esa certidumbre te suena a engañifa proferida a oídos de un enfermo terminal con la vana ilusión de que no sepa no conteste, tú sabes en el fondo que la frase se te puede escapar y no tienes la menor ascendencia sobre ella para retenerla, que es una como otra cualquiera , que no va a aparecérsete envuelta en músicas celestiales ni te va a venir verseada por Neruda, por eso hay que velar –amigo mío -, para no caer en la tentación de mandarlo todo al carajo y acabar optando por la salida que a mano venga, no te parece –Godoy – que es un latazo haberse tirado la vida entera a la caza y captura de una frase para en fin de cuentas terminar conformándonos con algo así como may téilor es Rich o equivalente¿…
Mándame tener cuidado –Godoy-, recomiéndame precaución –animalazo de bellotas -, tú puedes creer que la frase coincide con la que te suelta un noctámbulo borracho y descarriado al trasponer ambos la boca del metro –de noche ya sabes tú lo que pasa, todos los gatos son incoloros – y después percatarte de que no debe ser así , de que un tipo beodo a las tantas de la madrugada no puede enhebrar tu frase y ´decirtú nomás perdone usted por ´Dios, me detuve sólo para abotonarme mejor la americana, lejos de mi ánimo inmiscuirme en lo que no me incumbe, duérmala usted bien –hermano-, y seguir tu camino como si tal cosa y ea, ya desgraciaste la frase,ya nunca más volverás a escucharla y aun en el supuesto de que la recuerdes quedará relegada a los vertederos de la mmemoria, y esque las frase de ese calibre no las puedes encargar a Yéneral Eléctric , ste aparecen una vez en la vida , dos veces todo lo más, y te van como envueltas en ropaje de normalidad, confundidas entre miríadas de hojarasca rutinaria, atraviesan tu cerebro dejándolo incólume cuan si nada hubiese ocurrido , relampaguean en tu entraña como meteoritos que actoseguido se desguazasen en partículas incandescentes de inasible sustancia, desconoces el día y la hora en que la dichosa frase rozará tu órbita, sabes sólo que será una y sólo una y nada más que una frase , justo la única de esa naturaleza a la que verás el pelo en el transcurso de tu repajolera existencia ,por eso has de aguardar al pie del cañón con marchamo de escrupulosidad y permanencia, velemos que viene de vela –Godoy-, velemos con todas las potencias de nuestro ser en anhelosa expectación de lo por venir, de lo aún no llegado que contra todo pronóstico llegará, tal cabe almenos esperar , que todavía no nos haya sobrevenido lo que en verdad aguardamos, ese cometa o lo que sea cuya súbita irrupción em tu radio perceptivo gserá tan fugaz , tan corriente y moliente, tan repentina que ay de ti si te coge desprevenido …
A MAL TIEMPO , COCIENTE INVARIABLE
--No creo a quienes dicen ccon demasiada facilidad una palabra más fuerte que otra –dijo, mientras se rascaba parsimoniosamente el enrtentrecejo -.
--Entonces no crre a casi nadie –hice notar, paladeando cada vocablo-.La variedad tonal es síntoma de que se vive. _Sólo los muertos …
--Deje a los muertos en paz –ironizó-. No se ocupe de lo que aún no ha vivido .
--Le decía que sólo los muertos de un modo ou otro permanecen. Los vivos somos demasiado conscienters de la provisoriedad de nuestro estatus. Por eso andamos a empellones, sirmpre torciendo o enderezando el gesto , arrastrando nuestro frenesí o nuestra disconformidad o nuestra jeta por las alcantarillas del mundo . No le quepa duda . Se vive en las alcantarillas. Algunas decentes, cin vistas al mar, bien ajardinadas , racando el cielo y sin vecinos arriba ni abajo, si le place . Grandes o pequeñas. Ostentosas o miserables. Alcantarillas. Sólo veo alcantarillas en mi derredor.
àHa podido alguna vez contabilizar sus propias dioptrías ¿ -murmuró, haciendo gala de una dentadura defectuosa através de su media sonrisa -. No me salga por peteneras diciendo que eso es cosa del oftalmólogo. Desobra sabe a qué dioptrías aludo . En su retina mental no se forman sino que se desguazan imágenes. Ve usted el mundo ni tan siquiera invertido sino surto en los caladeros de su propia parálisis de usted . A su juicio, todo está detenido en función de que es usted mismo quien no marcha.
--Puede –concedí no sin cierto rencor -. >La mente es inseparable de lo mental. Usted también está varado , por lo menos desde mi óptica. Se cree en movimiento porque va mecido afavor de la corriente. Naturalmente ,ese arrullo es traidor.Tarde o temprano, se percatará del engaño . se mirará en el espejo por el único lado verazz. Y se verá a sí mismo regresando a ninguna parte , sin que para entonces alcance a recordar ´dónde ni cuándo ni cómo partió. Moverse significa , en términos de leal exactitud, internarse un poco más en el vacío. La acción es tan ssólo el pretexto menos malo que hemos encontrado para no claudicar del todo . Para olvidar los desmesurados saltos del ´cronómetro vital . Para acortar la espera en un aturdimiento sin relieve ni cordura.
Anochecía. Las campanas de una iglesia en lontananza ponían un contrapunto casi tétrico a nuestro diálogo de sordos.
--No se crea imprescindible –dijo tras un largo interludio-, se ve que alguún día se equivocó al elegir el objeto de su enamoramiento. ¨Tomó demasiado en serio las locuras que sólo la vanidad mal entendida inspira a los amantes. Su tormento tiene el común agravante de no revestir la menor originalidad. Es usted víctima de sus propias nociones equívocas. Hasta el arte de errar tiene sus categorías. No es cuestión de equivocarse más o menos sino de hacerlo mejor o peor, me va siguiendo? Aveces la inconsecuencia puede ser fructífera pero me temo que su caso sea muy otro . Usted se quedó atado de pies y manos a una adolescencia que se le volvió postiza entre los dedos y de la cual usted mismo reniega sin confesárselo. Désde que dijo a cualquier damisela clorótica aquello de contigo pan y cebollas, hay una segunda parte que le bulle en la punta de la lengua y que aún no se atrevió a añadir . Sí, muy cierto , contigo pan y cebollas, pero no creas ni por asomo que sin ti habría de alterarse sustancialmente el binomio dietético.
Ninguna prisa por despedirnos. Tornábase gélida la llovizna. Resonaban los tres bocinazos de rigor anunciadno la partida inminente de algún trasatlántico . A grupas del viento , mecíase el ramaje en cualquier floresta cercana.
--No importa gran cosa lo dicho o lo callado –intenté tranquilizarme bienque mi voz delataba a las claras irreprimible turbación-. ´cualquier idea, aun la mejor sepultada en los bajos fondos de nuestro subconsciente, viaja vertiginosamente por el ordenado caos de una inmensidad que aún no hemos descubierto , comprende. No son los árboles sino nuestra colosal ceguera lo que nos impide ver el bosque . Damos lo inexpresado por perdido. Lo tácito por malogrado . Cómo no percibe la insensatez que subyace en esos juicios nuestros que cabalgan entre laurgencia de abarcarlo todo y la seguridad de no resolver casi nada.
Amedida que hablé, iba creciendo su sonrisa árida , mordaz, intimidatoria. Mi voz era para él uno de esos ruidos superfluos en que acabamos no reparando cuando queremos concentrarnos en tareas de cierta importancia. Pese a tenerme junto a él, le embargaba una especie de desconfianza hacia edl hecho de que fuese auténtica aquella voz cuyo peso no superaba en magniktud al de las hojas caedizas que inundaban de a poco el barrizal, al del agua que envano intentaba dedicarnos su monocorde salutación.
--Todo eso está muy bien -sentenció como tomando aliento antes del mandoble que actoseguido se proponía asestarme-. ¨tiene usted una admirable dosis de fe en sus mentiras. Pero las lleva puestas como todo truhán que se precie. Las ausencias le lastiman y usted las atenúa convirtiéndolas en presencias con sordina. Usted no muere. Usted pasa a mejor vida. Usted tendría el coraje o la testarudez suficiente como para perecer por hambre ante el cerco enemigo pero se impacienta cuando la camarera demora algo más de lo habitual en traerle el desayuno. ¨Si no existiese la brega cotidiana, el urgente reclamo del pan que malnutre y del lecho donde se malduermen empachos y reconcomos, dóndew hallaría usted consuelo frente a esas congojas que nadie le mandó inventar … Sus lágrimas fueron y son puro resabio en homenaje a la tragedia no acaecida. Su risa ,e el sueño escuálido del guerrero. Su sustento lo ingiere por costumbre . El pan lo necesita usted no exactamente para subsistir sino masbién para rellenar de un modo casi coherente una ínfima porción de sus ocios estériles. Las cebollas lacrimógenas, qué quiere que le diga. Mucho me temo que peuden esperar…
El tráfago de la ciudad allá, como instalándose en otra dimensión inaccesible ; como discurriendo muy por encima de nosotros, de nuestras elucubraciones ajenas al cansancio y a la lástima. La sirena de alguna ambulancia recordándonos que el dolor existe y que sus rudos tentáculos no admiten aplazamiento a la hora de buscar la víctima inmediato remedio ni mucho menos la abstracción que sobre sus causas o efectos se permite ejercitar quien no lo está padeciendo.
Me entraron repentinas ganas de escupir en la cara a aquel sujeto empeñado en desenmascararme ante mí mismo como si nomás fuese el oráculo de Yavé. No lo hice, claro. Y no hacerlo era de algún modo … darle la razón .
LOS MILIPICO ETCÉTERAS DEL PORTAESTANDARTES
Se acercó con lentitud a mí. Yo andaba a la sazón sesteando desacostumbradamente en cierto banco de aquella plazoleta que rezumaba algarabía por los cuatro costados. Niños enfrascándose en sus juegos vespertinos. Parejas que se contaban amediavoz sus endechas.Solitarios afanándose en vano intento por ganar tiempo al tiempo, paseando su tedio y sus anhelos por aquellas anchurosidades sin sostén.
Se había aproximado como por azar , pero resultaba evidente su propósito de entablar conversación. Siempre, no comprendo cabalmente porqué, me pusieron nervioso esos tipos que andan a la caza y captura de desocupados a quienes convertir en muros de carne y hueso a la altura de su sed de cotilleo o de lamentaciones. Esa gente que, reclamando o no tu permiso, se te sienta al lado y comienza una interminable retahíla como retomando un diálogo de-a-poco interrumpido, como si te hiciesen un favor dispensándose unas volutas como puños de su precioso tiempo. Pero se me da fatal enhebrar pretextos. Así pues, aguanté el chaparrón simulando incluso gratitud por lo que no pasaba de ser un descarado asalto a-boca-armada.
--Usted cree en los refranes ¿
No me pasó desapercibido un dejo irónico en aquella pregunta, que por supuesto no aguardaba respuesta; se trataba de un modo cualquiera de romper el hielo.
--Yo no –prosiguió sin transición-. O almenos, no deltodo. He aquí un ejemplo: las penas con pan son menos. A quién le parece que pudo ocurrírsele semejante dislate? No le quepa la menor duda. Eso lo dijo alguien que sobrestimaba el pan en detrimento de las penas. O que menospreciaba éstas en abono de aquél. Póngalo como quiera.Es usted de por aquí?
Tregua. Período de precalentamiento y de cortesía alavez. El fulano exhalaba olor a coñac barato por todos sus poros.
--No, soy de lejos.
--De dónde, si no es mucho preguntar?
--De allende el Sur. Y usted ¿
--Yo soy medio machadiano. De Manuel, no de Antonio, quiero decir. Antonio tiene ya demasiados devotos que le enciendan velas . por eso me permito ser “de ésos que todo lo ganaron y todo lo perdieron” . Por eso y porque además tengo razón.
Le miré, perplejo. El acento no estaba en las palabras sino en el tono vehemente que recalcaba la postrera expresión. El asombro tampoco venía demasiado acuento. Sólo sé que lo destilaba la voz inopinadamente jubilosa con que pregunté:
--Deveras tiene usted razón? La tiene usted? Le sirve de algo tenerla?
Me clavó sus ojos vidriosos . Lo que dijo no fue probablemente lo que qiso decir. Pero por UNA VEZ Y SIN QUE SIRVA DE PRECEDENTE, LEÍ CON NITIDEZ ENTRELÍNEAS DE SU VOZ ROBUSTA Y CONVINCENTE:
--Sí. Tengo razón. Y tengo también mi verdad. Pero mi verdad no es la verdad. Ni mi razón es la razón. Puedo recomendarle por ejemplo los espaguetis con tomate. Encarecerle todas y cada una de sus bondades y hasta pagarle la tira de raciones en el restaurante de enfrente, pero eso sí: le rogaré encarecidamente mantenga esa vianda lo más alejada posible de mi gusto y de mi olfato. Los espaguetis, dicho sea en confianza, me repatean lo suyo. Coyunturas hay en que el paladar –digo el paladar como podría decir otro sentido o aptitud- no nos deja mentir. Y hay opciones malamente conciliables con las janletianas cortapisas que al irresoluto sirven para esquivar elñ bulto. O te gustan los espaguetis, o no te gustan. O cenas, o te acuestas sin cenar.
El contexto era demasiado concluyente como para que yo pudiese viciarlo mediante cualquier añadidura de circunstancias . Callé, pues. Y él retomó alvbuelo aquel guante que con toda evidencia, aun quedando por leves instantres en suspenso, no me iba destinado.
--Da un poco de pena comprobar que la razón no es patrimonio de nadie porque todos la tienen en mayor o menor grado , me hago entender? La razópn de cada cual es algo en sí mismo completo y perfilado. La razón en esos contexto y acepción, esto es, cuando tú hablas de la tuya y yo de la mía, no es cuantificable. Mucha o poca, qué más da. La razón en ese sentido privativo y excluyente es tan intrínsecamente nuestra que podemos RETOCARLA, ca,cambiarla de sesgo o de postura, maquillarla con miliún complementos sin incidir significativamente en su sustancia.
Empezaba a ser delicioso hallarse al aire libre, escuchando a aquel predicador que se me había vbenido encima como surgido de las catacumbas. Talvez al solo objeto de recordarle que no platicaba en el desierto , que tenía delante a un interlocutor cuyo interés crecía con la intensidad de su homilía, puntualicé:
--Por eso mismo es que la razón se parece tanto a una anguila, verdad ¿ es escurridiza. Va y viene. Muda con demasiada facilidad sus atavíos. Y pesa. Sobre todo, pesa. Cuando pienso en ella, me da por relacionarla CON AQUEL BURRO CARGADO DE ESPONJAS AL QUE SE REFERÍA CIERTO CUENTO , NO SÉ SI CHINO POR MÁS SEÑAS, DE CUYO DESENLACE PORMENORIZADO no consigo acordarme.
Cierto arrapiezo pegado a las faldas de la madre nos sacaba la la lengua a-tutiplén. Nenas y mozalbetes jugaban a novios enre el arbolado. Otro parvulillo tapaba con sus desngelados lloriqueos la bronca que le andaba propinando su padre o tutor, sin que siquiera se adivinase la causa. Mi compañero de banco prosiguió, imperturbable:
No lo crea. Si no hay toneladas o miríadas para medir la razón, mal puede concebirse que pese. E´Estar cargado de ella equivale en puridad a no llevar nada acuestas. De eso empero no quiere darse cuenta nadie, menos aún que nadie el fletador de conspicuos entramados racionalísticdos. Ya sabe a quienes me refiero , no?
--A los comerciantes –aventuré no sin fastidio,cogiendo mis bártulos y largándome con la mmúsica a otra parte -.
EL NOMBRE DE LA COSA Y OTROS DESLINDAMIENTOS
El acuerdo . el cuento . el acabóse. ´Resúmenes del malentendido . >Yo Usted es pescador. Yo, talabartero. Faene usted en noche de galerna , que a esas señaladas horas yo andaré deambulando por el jol de mi hogar dulce hogar or peritita incompatibilidad con determinados roncares. Cuidadín cuidadín con las discientas millas jurisdiccionales . Y si hay tempestad, nomás recule. ´Seguro que usted hallará a su esposa zarandeada por todos los demontres , no tan sólo por razón de su infructuosos esfuerzo de usted , sino porqe con esta mar picada no hay quien duerma. Usted se acurda , verdad ¿ Digo de esa historia turbia sobre la pescadilla que te lo concede casi todo para quitártelo cuando quieres más de la cuenta. Y dígame , porqué ustedes los del gremio pisc´piscícola se muestran a las veces tan pazjuatos , tan desingeniudos, tan blandengues ¿ No era cosa de haber secuestrado a la dichosa pescadilla y haber exigido el oro y el moro por su rescate de ella ¿ No Tienen ustedes remedio …
martes, 25 de enero de 2011
Joseclaudio Suárez Santana ZANJONES DEL EXTRARRADIO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario